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jueves, 17 de octubre de 2013

El último grito.

Me imagino bajo tierra, enterrado, muerto, sin alma, ¿alguien dejaría que de sus ojos brotasen lágrimas por mí? ¿Alguien sería capaz de caer en depresión a causa de mi muerte? Creo que las ideas que llenan  mi cabeza suenan enfermizas, me doy miedo, ¿hasta dónde puedo llegar para conseguir que la gente se preocupe por mí?
La sirena del instituto suena, aunque la profesora de Historia no lo supiese, había empleado su clase para cosas más útiles como pensar en ideas provenientes de un loco, yo.
Me siento triste, aunque no sé muy bien por qué. Escucho mi nombre tras mi espalda, escucho su voz, las notas adecuadas para una partitura sobre el chico perfecto llegan a mis oídos.
-Dime –contesto a su llamada haciendo parecer como que estoy pasando por el peor momento de mi vida, aunque sea mentira.
-Te quería preguntar si… Àlex, ¿estás bien?
Lo he conseguido, me siento orgulloso de mi actuación. Decido que le debo dejar con la duda de si estoy bien o no y, tras meter mis libros en la mochila pasando de él, salgo de clase.
Al perderlo de vista me muerdo el labio y doy dos pequeños saltos expresando mi entusiasmo.
Ese día iba todo de negro, me gusta ir de negro, siento que mis actuaciones suenan más creíbles. A veces llego a preguntarme si estoy triste de verdad o simplemente lo exagero todo.
Vuelvo a escuchar su voz a mi espalada, esta vez me dijo directamente:
-Si estás mal quiero que sepas que puedes confiar en mí. Lo que te quería preguntar es si quieres venir a tomar algo con Marcos, Laura y conmigo.
Siento esa última palabra penetrar en mi mente. Marcos y Laura son novios, pude llegar a creer que me estaba pidiendo salir. Pero estaba demasiado ‘triste’ como para salir.
Me rasco la cabeza dejando que los ojos de Niccolo vean las marcar de haberme cortado y digo:
-Hoy no puedo, chao.
Tras decir esas palabras le vuelvo a dejar con la misma cara de unos minutos antes y me voy corriendo a casa.
Por el camino empiezo a pensar, y eso siempre me sienta mal. Me invitó a salir porque odia a Marcos y él siempre suele invitarle, por lo tanto se quería escaquear de estar con él y su novia.
Al llegar a casa escucho a mi madre decir:
-Que pronto has llegado, para comer hay lentejas.
Pienso una escusa rápida y le respondo:
-Me duele un montón la tripa desde que comí el bocadillo del recreo, hoy no como, cuando se me pase comeré algo.
Miento más que hablo, recuerdo el momento en el que cogí mi bocadillo de nocilla y lo tiré a la basura mientras escuchaba una canción de Evanescense.
Al llegar a mi habitación y tras cerrar la puerta con llave me desnudo frente al espejo y lo único que logro ver esa la grasa que no logro eliminar.
Me dirijo a mi mesita, en el tercer cajón al fondo hay una cuchilla. Intento detenerme, sé que no debo hacerlo, pero la ansiedad que corre por las venas de mi muñeca debe salir.
Existe una salida de este asqueroso mundo, solo la encuentro cuando daño mi muñeca.
Me siento tan solo, nadie me querrá nunca, solo soy un amargado.
La sangre empieza a brotar y yo rápidamente cojo un papel de mi escritorio para poder limpiarla.
¿Algún día podrá llegar a quererme alguien? Siento que todo el mundo me toma el pelo, que la gente solo me dice lo que mis oídos quieren escuchar.
Odio el mundo, odio la grasa, odio los miedos, odio a la gente, odio la escuela, odio las preguntas que rondan por mi cabeza, odio no saber que va a ser de mí, me odio a mí.
Niccolo, estoy esperando a que vengas a rescatarme, ven y cura mis heridas, ámame, deséame.

Me meto entre las sábanas de mi cama, no quiero despertar más. La sangre sigue brotando, y sigue, hasta que un grito me deja sin voz y sin alma.

4 comentarios:

  1. Un relato muy duro y.....miro k yo a veces los escribo fuertes.....pero me superaste:-). La vida esta claro k no es un camino de rosas. Tu personaje necesita una ayuda especial, de alguien especializado.....necexita ser el centro de atencion de cualkier forma....y eso le lleva a jugar a un juego sin limites. Me gusto mucho, te añado.....por que me gusta como escribes. En mi blog, tienes para mirar tardes enteras, tienes 215 relatos mas o menos....no llevo la cuenta pero se k x ahi andan. Dudas...amores....enfermedades.....acoso....cientos de relatos.

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    1. Suelo escribir relatos así o peores, este es muy raro, lee el de Princesa de cristal.
      No me deja leer tu blog :/

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  2. Alex...yo te dejé un comentario...que pasa?no salió?

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    1. Llevaba mucho sin entrar, es que tengo los comentarios para moderar antes de publicarse.

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