Páginas

Translate Google

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Quince.

He perdido la noción del tiempo, no sé cuántas horas llevo metido aquí, un lugar maloliente y oscuro, nos están tratando como al ganado, eso provoca que mi autoestima descienda rápidamente. No sé muy bien qué hago aquí, pero he escuchado a unos adultos decir que estamos yendo a un campo de concentración, me pregunto qué será eso. No aguanto, tengo miedo de hacer mis necesidades encima de mí, como la mayoría está haciendo, pero a mí me da vergüenza. También he oído que nos llevan allí por ser judíos, y no entiendo por qué a mí me llevan, soy judío, sí, pero no creo en la religión judía. Quiero salir de aquí, pasan los minutos y mis amigos y yo no aguantamos más.
No sé exactamente cuánto llevamos aquí metidos, lo qué sé es cuando me metieron aquí. Yo estaba en clase, aburrido, sin prestar atención, solo me preocupaba la tela de araña que se encontraba en una de las esquinas posteriores de la clase. De repente, un señor algo extraño entró en clase penetrando la mirada a cada uno de la clase, y nos comunicó:
-A los que nombre a continuación deberán venir conmigo.
Me daba mala espina aquel hombre, y me asusté mucho cuando escuche Almagor, mi nombre. Una serie de escalofríos comenzaban a recorrer mi cuerpo hasta que llegué aquí.
Ha llegado un judío con un uniforme muy peculiar, es tipo los que llevan los delincuentes. Se acercó a mí y me dijo:
-Dame todas tus pertenencias.
Le entregué mi reloj y poco más que llevaba puesto, y cuando se lo tendí sobre su mano me susurró al oído:
-¿Cuántos años tienes?
-Quince, ¿por?
-Cuando te pregunten di que tienes dieciséis.
Me pareció muy extraño lo que me dijo aquel hombre, no supe muy bien si hacerle caso.
Por fin, no sacaron de ese espantoso lugar y nos reunieron a todos los que anteriormente nos encontrábamos allí en una sala.
Allí nos obligaron a hacer algo que me avergüenza escribir, debimos desnudarnos.
A todos los jóvenes les fueron preguntando la edad, me di cuenta de que si decían menos de dieciséis iban en una dirección y si decían más en otra. Según escuché a un adulto decir, los menores de quince iban a la cámara de gas. Sonaba divertido aquel nombre, ¿qué sería?
Un hombre pronunció mi nombre y me preguntó la edad. Tardé unos segundos en responder, no sabía muy bien que hacer, cuando lo tuve claro, lo hice:
-Quince.

No hay comentarios:

Publicar un comentario